domingo, 17 de mayo de 2009

Fresquísimo (3 meses)

Ingredientes:

-Azúcar
-Hielo
-Lima
-Vodka

Modo de preparación:

- Disolver el azucar en agua sobre el fuego y, una vez conseguido un caramelo ligero, dejar enfriar y reservar.
- Machacar 1/2 lima en un vaso de tubo y añadir hielo picado.
- Añadir Zubrowka al gusto.
- Añadir el agua azucarada al gusto.

domingo, 27 de abril de 2008

Manila Connection (Ep. 4 y final)

Así y con todo, en las crónicas, me he dejado muchas cosas en el tintero:

Como el fin de semana que nos fuimos en furgoneta al festival de las flores a Baguio, donde la casa no tenía ducha y tuvimos que lavarnos con un cazo y un cubo de agua (Para calentarlo había que usar unos cacharros que se enchufaban a la pared, pero desenchufarlos (segun descubrí yo mismo) antes de "ducharte", porque si tocabas el agua con el calentador dentro, te electrocutabas, (me lleve un buen calambre levantando el cubo y eso que llevaba sandalias de goma, solo fue un susto pero de estar descalzo como procede antes de una ducha, me podía haber quedado frito), lo bueno de ese viaje es que nos acompañó la madre de Mae que se encargó de cocinar todo el fin de semana y pudimos probar la cocina local. Los filipinos, en privado, comen con las manos, en público con cuchara y tenedor, cuchara para el obligatorio bol de arroz y tenedor para todo lo demás. También en este viaje me echaron del escenario de un disco-pub donde bailaba con Mae junto a una pareja que hacía hip-hop y donde le tiré los trastos a una mujer de 50, pero juro que no los aparentaba.


Todas las noches que acababamos en el Green Belt de Makati poniéndonos hasta la mazorca de Strong Ice y codeándonos con diosas pijas, o en el Jay J's, o en el Watering Hole comiendo sizzling chicken, crispy pata y poniéndonos hasta el tranchete de Strong Ice (aquí no había "Philippino Godesses")
La visita cultural a Intramuros, el fuerte desde el que los españoles gobernaron el país, con su escudo y su foso. Y la clase de historia local, con el levantamiento que hicieron contra los españoles por ejecutar al, a partir de entonces martir, Jose Ritzal, que desembocó en la "adquisición" del país por parte de los americanos. Poco después y junto a los americanos perdieron la guerra contra los japoneses, y ahí queda para atestiguarlo su Memorial Hall y su cementerio para los caidos en combate, de estilo totalmente americano.
Las compras en el mercado de las perlas donde aprendí a diferenciar una real de una falsa y aluciné con gran cantidad de puestos, de perlas y de luz blanca que lo inundaba todo (necesaria para poder apreciar las distintas facetas de las perlas)
La forzada reclusión en el hotel por la semana santa (cuando TODO estaba cerrado (a excepción de los puticlubs)) y mañanas y tardes de piscina, sushi e internet donde pude dedicarme al puro hedonismo.

Incursiones en el MegaMall, muy rápidas y protegido por unos cascos con música a todo volumen para evitar la saturación sensorial del centro comercial, el corte de pelo en peluquería cool con masaje capilar incluido, y los típicos productos de consumo en el supermercado que no tienen nada que ver con los occidentales (aparte de la escasez de leche y la inexistencia de aceite de oliva)
Los tres (fallidos) intentos de visitar Hong Kong por tres diferentes buenas razones... :(
Las noches de karaoke, cuando Stephan y yo mismo alucinábamos al comprobar que tantas horas de karaoke tienen su fruto, cantan muy bien, quizás por toda esa práctica, y lo habitual que es escucharles cantando en el trabajo. Conseguí un 100% interpretando The house of the rising sun, pero ellos lo hacían mucho mejor, los filipinos son un pueblo que canta.
La necesidad de hablar en español con alguien de vez en cuando, aunque fuera por el messenger, pese a que todo el mundo decía que en cierta zona se hablaba el idioma y yo no hubiera conocido a nadie de allí. Y por contra el repetitivo tema de conversación con los filipinos sobre las palabras españolas integradas en su idioma.
Y el hotel, ese pedazo de hotel de 5 estrellas donde te tratan con mimo, la comida es excepcional y todo está preparado para que tu estancia allí sea lo más agradable posible, y donde a pesar de echar de menos cocinar me he tirado casi tres meses alimentándome casi exclusivamente de sushi, variado y muy bien preparado. Hay varias cosas que echo de menos de mi estancia alli y el hotel está entre las primeras.

Ha sido una experiencia harto enriquecedora, por todo lo nuevo que he conocido, por la gente, algún nuevo amigo, lugares, paises, gastronomía, maneras de pensar y de vivir. Si no fuera por que a veces tenía que trabajar ;), hubieran sido unas increíbles vacaciones.

jueves, 20 de marzo de 2008

Bangkok, City of Angels...

... o también: "Krung-dēvamahānagara amararatanakosindra mahindrayudhyā mahātilakabhava navaratanarājadhānī purīramya utamarājanivēsana mahāsthāna amaravimāna avatārasthitya shakrasdattiya vishnukarmaprasiddhi". que en cristiano quiere decir: “Ciudad de ángeles, la gran ciudad, la ciudad de joya eterna, la ciudad impenetrable del dios Indra, la magnífica capital del mundo dotada con nueve gemas preciosas, la ciudad feliz, que abunda en un colosal Palacio Real que se asemeja al domicilio divino donde reinan los dioses reencarnados, una ciudad brindada por Indra y construida por Vishnukam” como reza el récord Guiness al nombre de lugar más largo del mundo...

Viernes

Stephan llegó un día antes que yo porque se quería reunir con una amiga filipina que se ha mudado a Tailandia, así que salí el Viernes de Manila y, tras un tranquilo vuelo, me encuentro a Stephan en la puerta del hotel que hemos reservado bebiendo cervezas con John. John es un tipo peculiar, taxista y guia nocturno vocacional, él vio negocio con nosotros (ese ojo no lo veréis en Manila) y nosotros un guía local motorizado que nos iba a mover por la ciudad durante el fin de semana. Me aseé un poco en el hotel y le dijimos a John que nos llevara a un bar abierto (aunque saliera el Viernes por la noche de Manila, eran las 4 de la mañana del Sábado), y éste, sin
preguntar, nos llevó a un puticlub. El sitio era bastante cutre, y como primera imagen de Bangkok, bastante decepcionante, allí sólo había occidentales y putas, los únicos locales trabajaban de camareros. Nos tomamos un par de cervezas mirando a las chicas y nos volvimos al hotel.

Sábado

Ya estaba arreglada una pequeña ruta turística para la mañana, el grupo lo formábamos Stephan, yo mismo y otros cinco filipinos. En furgoneta partimos primero a ver el Golden Budha, que compartía templo con otras figuras cubiertas de pan de oro y mas tarde el Sleeping Budha, el cuál era enorme, el templo donde estaba éste último merecía un paseo. Al volver al hotel, sin embargo, nos tendieron una emboscada, la furgoneta se paró delante de una tienda de ropa y nos hicieron bajar... Cuando preguntamos que qué ocurría, la guía (y un vendedor de la tienda) pretenden que entremos para ver si nos interesa comprar un traje... Como? La maniobra era la misma que hacen los guías en Egipto, solo que en aquellas "emboscadas" al menos te llevaban a sitios típicos como una fábrica de perfumes, de estatuillas, de papiro... Stephan y yo rehusamos entrar y nos quedamos fuera hasta que el grupo de filipinos se cansó de mirar trajes... Sin embargo no había acabado aquí la cosa, pues a continuación nos llevaron a una tienda/fábrica de joyas... en fin, era bonito de ver, pero los pedruscos eran de verdad y de los caros, así que tampoco nos llevamos nada.
Tras una comida en un restaurante Suizo-Tailandes y una corta siesta contamos con John para que nos llevara a Patpong, mercado y zona de Go-go bars, el mismo nombre de la ciudad lo dice, Bangkok, city of angels... y aquí estaban los ángeles, bailaban en el cielo agarradas a una barra (cada una la suya) y la mayoría vestían un escueto bikini aunque algunas, y no por pudor precisamente,
también llevaban medias... ah, y una pulsera con un número para que fuera más fácil identificarlas... cuánta presión arterial... según caminabas por la calle te asaltaban con panfletos tratandote de vender lo que fuera que se ajustara a tus gustos, masajes, chicas, masajes proporcionados por chicas, happy endings a esos mismos masajes... ;)

Después de algunas compras el grupo se metió en un bar de la zona donde estuvimos bebiendo cerveza y escuchando (una vez más) los MTV Greatest hits hasta que se hizo tarde, en la calle recogían el mercado y las chicas ligeras de ropa que no estaban antes y que formaban pequeños grupos no eran tales, sino travestis, aunque estaban tan bien arreglados que tardabas unos segundos en darte cuenta. Cenamos en puestos callejeros y nos volvimos al hotel en Tuk-Tuk. Antes de irnos a dormir Stephan y yo pedimos un masaje en la habitación, lo tienen muy bien organizado, servicio 24 horas e inmediato, una hora de masaje de aceite y otra de tailandés, al día siguiente Stephan rezongaba porque su masajista había tardado dos horas en llegar, así que supongo que sólo tenían una para el turno de noche... ;)

Domingo

Por la mañana y sin muchas horas de sueño John nos propuso una ruta turística en barco, estaba tan seguro de que nos iba a gustar que nos decía incluso que no le pagáramos a él si no lo disfrutábamos... y no se equivocó. Bajamos por el río por un rato para remontar después por un canal, en el camino una chica en una barca se paró al lado nuestro para vendernos cosas, no recuerdo que nos dijera su nombre, pero sí que hacía eso para pagarse sus estudios de empresariales... el mundo está lleno de jóvenes emprendedores ;). El barco hizo una parada en
una especie de zoologico de reptiles y espectáculo con serpientes, que no estuvo nada mal, para dejarnos finalmente en la puerta del Temple of Dawn.
El sitio era increible y las escaleras empinadas, la manera en que esta gente decora sus templos es muy diferente a lo que estoy acostumbrado, son una especie de pirámides de base octogonal y todo el espacio esta lleno de extrañas figuras.
Después de este templo fuimos al Palacio real a ver el Buda (otro más) de Jade, pero cerraban pronto y nos quedamos con las ganas, así que enfilamos para el mercado/parque Bangrak donde pasamos la tarde haciendo compras y fotos.

Cuando llevábamos un rato dando vueltas, hubo un momento en el que de repente todo el mundo se quedó quieto mientras que por unos invisibles altavoces sonaba una especie de letanía... Aparentemente lo hacen a diario y debe ser la bajada de bandera o algo así, pero hasta que nos dimos cuenta de lo que ocurría aquello parecía la invasión de los ultracuerpos... imaginaos un mercado tipo rastro hasta arriba de gente y que de pronto todo el mundo se pare en posición de firme mientras un canturreo incomprensible sale de ninguna parte... yo temía que en cualquier momento aparecieran los Morlocks y se empezaran a llevar gente...
Parece que está relacionado con que haya fotos de la familia real por toda la ciudad y aparentemente todo el mundo les tiene en gran estima, por otro lado te pueden meter en la cárcel por hablar mal de los reyes...
Por último pasamos por el hotel para cenar en un buen restaurante cercano y a recoger nuestras cosas antes de que John que nos llevara al aeropuerto, que gran personaje, si alguna vez vais a Bangkok, no dudéis en llamarle ;)

martes, 18 de marzo de 2008

Manila Connection (Ep. 3)

Puerto Galera

El viernes por la noche, después del trabajo a eso de las 2:00 de la mañana salimos para Batangas, dos horas de autobús y una hora en barco nos dejaron en Puerto Galera. Quizá estaba gruñón por no haber dormido mas que a ratitos en toda la noche, pero me negué a pillar un hotel sin ducha caliente (y porque no me daba la gana) y acabamos en el mejor de la playa, que he de decir era bastante normalito para estándares europeos, pero tampoco tengo de que quejarme.

Corta siesta reponedora y nos vamos a buscar actividades, después de esquivar a todos los vendedores y masajistas ambulantes encontramos un sitio donde pudimos probar la moto de agua... La sensación de dirigir una bicha de 1100 cc de motor es acojonante, al final acabe con dolor de brazos (y agujetas) por la fuerza que hay que hacer para mantenerse encima de la moto, conseguí pillar picos de 80 Km/h lo que, creedme, es una velocidad bastante respetable en el agua y cuando el vehículo salta fuera de ella cada vez que pilla una ola, más aún, me lo pase pipa. Eché unas carreras contra Doink y Laura que iban en otra moto pero desde cierta distancia porque nos lo prohibieron expresamente en el sitio.

Mas tarde y en el mismo sitio hicimos también parasailing que consiste en ponerte un paracaídas y que una lancha tire de ti por la costa, era como estar sentado en un columpio a 30 metros del agua, las vistas son magnificas, pero al cabo de un rato se hace un poco aburrido.

Llevo queriendo volver a bucear desde que me saque el "Open Water Dive course" allá por Septiembre del año pasado, me lleve un chasco en Subic, pero por fin iba a tener la oportunidad, llevaba mi carné aunque no el diario de inmersiones, pues me lo dejé en Dublín, pero fue suficiente. Encontramos el sitio para hacer buceo, un francés muy majo (Didier) aunque encantado de conocerse, haría de guía, ponían todo el equipo, ordenador de inmersiones y dos bajadas, el Domingo a las 8:00 de la mañana. Por fin!


La tarde-noche-madrugada del Sábado la pasamos bebiendo y comiendo en los chiringuitos de la playa, espectáculos de baile ofrecidos por travestis y un par de (en España los habrían llamado perroflautas) tipos jugando con fuego al final de un par de cadenas, la música era demasiado MTV para mi gusto, pero encontramos una uña de costo por 500 php que mejoró sensiblemente la noche, dejé de beber muy pronto pues quería estar fresco para el día siguiente ya que bajaba a 20-25 metros. Terminamos la noche en un concierto Reggae allí en la playa.

Buceo

Por fin iba a volver a bucear! el grupo lo formábamos dos filipinas que sospecho eran alumnas de Didier, aunque no lo comprobé, un tipo Austriaco que llevaba su propio equipo, también majete, Didier y yo mismo.

A la profundidad a la que bajábamos no me podía llevar una cámara desechable, suelen cascar a 10 metros así que no tengo fotos del fondo, pero fue increibleble, muy diferente de Grecia, una flora que no tenía nada que ver con el Mediterráneo y mucha mas fauna, encontré a Nemo, una especie de pez-patata, y otra serie de bichejos demasiados para describirlos, había mucho coral, anémonas y estrellas de mar, pero no las chiquititas del Mediterráneo, éstas eran azules y mas grandes (la mayoría y medían unos 50 cm de punta a punta). Disfruté de las dos (2!) inmersiones mucho más que en Santorini, sin embargo también aprendí algo... cuando me quedaban unos 500 psi de aire en la primera bajada, le hice la seña al guía de "poco aire", nos reunimos para subir (llevábamos un rato a 5-6 metros descomprimiendo) y noté que empezaba a tener problemas para inspirar, como cuando el tanque se acaba, sin embargo el manómetro señalaba 400 psi todavía (la reserva está en torno a 250), calculé que así y con todo tendría suficiente para subir, pero cuando llegué a superficie el tanque estaba vacío, tuve que inflar el chaleco a pulmón...
Lo bueno fue que no me entró pánico, y sé que de haberme quedado sin aire ahí abajo tampoco hubiera pasado nada, estaba rodeado de gente y (casi) todos llevaban respirador auxiliar, solo necesito 10 segundos para coger aire de otro. Pero aprendí que si tus pulmones te dicen una cosa y el manómetro otra... es mejor creer a tus pulmones.

Cuando estuve explicándoles a Doink y a Laura como usar las aletas y qué hacer un si te da un calambre, Laura me estuvo prestando atención pero Doink no, el chaval casi se ahoga de un calambre, menos mal que el que llevaba el barco (capitán?) se lanzó a cogerle... por otro lado Laura, irlandesa de piel como la leche, estuvo tomando el sol bastante tiempo sin pensar en ponerse protector, la chica lo ha estado pasando mal con quemaduras durante toda la semana... en fin, ...cagadito se levanta.

Por la tarde pillamos el barco y luego el bus para volver a Manila, los tres estábamos machacados del fin de semana, pero (yo al menos) muy contento.

Tengo que conseguir una funda subacuática para mi cámara ;)

martes, 4 de marzo de 2008

Made in Taiwan

Fin de semana en Taipei, lo más ciberpunk que he visitado hasta el momento.

Después de ciertas desventuras en el aeropuerto de Manila llegamos a la capital de Taiwan, allí pasamos unos momentos de pánico pues nuestras tarjetas de débito o crédito no funcionaban en los dos primeros cajeros que probamos y menos mal que al final encontramos uno en el que yo pude sacar dinero aunque no Stephan, el otro miembro de la expedición, con lo que tuve que estar manteniéndolo todo el finde así que se convirtió en mi putilla... ;)


Sábado

Tuvimos un golpe de suerte con el conductor que nos llevó al hotel pues también trabajaba a tiempo parcial como guía turístico, con lo que nos indicó algunos lugares adicionales a los previstos para visitar, en un mapa que nos regaló. Nada mas llegar al hotel nos echamos una siesta de tres horas pues ninguno de los dos habíamos dormido nada la noche anterior ni tampoco, yo al menos, en el avión (es lo que tiene que el horario de trabajo coincida con el de UK pese a estar en la otra punta... me paso las noches en Internet), cuando salimos, después de una buena comida local, enfilamos para el edificio 101, por el momento el mas alto del mundo. Decidimos ir caminando y disfrutar un poco de la ciudad, la comida le dio muchos puntos y los luminosos y el neón me daban la impresión de estar dentro de un libro de Gibson.

En Taiwan la gente habla chino (mandarín) y apenas un 10%, sobre todo gente joven, se desenvuelve con el inglés, eso si, sin importar el idioma si alguien te ve con un mapa desplegado en la mano se acercará a ofrecer su ayuda, lo que es de agradecer pues todo está escrito en chino y pedir comida con una carta sin fotos es imposible.

El 101 es impresionante tanto desde fuera como desde dentro, ya solo el ascensor hacía que se te taponaran los oidos, y la vista era sencillamente espectacular. Mas tarde, y usando el metro, (en lugar de billete, usan monedas de plástico con un chip dentro) nos fuimos al Night market.

En el mercado tuve de nuevo la sensación de estar dentro de la película de Blade Runner, excepto por los coches voladores, que no había, el ambiente era muy similar. Después de picotear en el mercado cosas irreconocibles por el aspecto, de ver como se vendía de todo, y mucho, mucho caminar nos metimos a un local donde daban masajes de pies de 40 minutos por algo mas de 15€... Para terminar el día nos fuimos a una zona de bares. Según entramos en el primero que probamos, a cada uno nos rodearon tres mujeres, te ofrecían fuego, conversación y compañía, no estoy seguro de si añadían algo al pack, pues al poco de entrar nosotros también se personó una familia (padre, madre y dos hijos pequeños...) y la imagen no cuadraba mucho con la que yo tengo de ese tipo de bares, así que creo que nos acosaban para que hiciéramos gasto.

Nos cansamos tras la primera cerveza y pasamos a donde empleamos la mayor parte de la madrugada, allí conocimos a Teresa (a la izquierda), a Joan (a la derecha), a Jerry (un camarero que nos enseño un nuevo método abrebotellas con mechero) y a Jackie, una camarera filipina que parecía un tío... hablar de las palabras españolas que se usan en Tagalo es un tema que ya me cansa porque es recurrente cuando alterno con estos, pero al menos lo tenía mejor que Stephan, parecía que nadie sabía por allí dónde está Alemania... :)
Cual ave de presa me lancé a por la tal Joan (se escribirá así?) solo que apenas hablaba inglés y Teresa traducía la mayoría de lo que le quería decir, rechazó los dos tequilas que ofrecimos (técnica del chupito), me dijo que era "cute" (pues vaya) y se fue pronto. Teresa sin embargo demostró tener ese “algo”, despierta y muy divertida solo que aquí Stephan y yo chocábamos con la misma... al final se nos fue a los dos. Después de esto cambiamos a un cutrebar donde una diosa oriental nos engatusaba para que nos pidiéramos copas, solo me tomé una antes de enfilar al hotel mientras Stephan se quedó tomándose la penúltima.


Domingo

Gran resaca que me impidió estar disponible antes de las tres de la tarde, nos fuimos al Guanghua Bazaar, un mercadillo de portátiles y cacharritos electrónicos donde me compré unos cascos y a ver un templo cuyo nombre no recuerdo, antes de salir hacia la Maokong Gondola. Cuando llegamos al sitio, pues estaba en la otra punta de la ciudad, una kilométrica cola de gente nos desanimó a continuar y mientras decidíamos dónde ir a continuación un tipo se nos acercó y nos preguntó si queríamos ir a lo alto de la montaña, que él nos acercaba en su taxi por sólo 300 NT$. Se dio cuenta enseguida de que queríamos subir y no pensábamos hacer cola, eso es tener ojo para los negocios y no lo veréis en Manila, así que después de un rápido cálculo (300/46= 6.5 € por los dos) le dijimos que sí. Por el camino, en un inglés ciertamente pobre pero suficiente, nos explicaba cosas sobre la montaña en la que estábamos, otra montaña mas alta que tenían por allí, vistas, templos, costumbres y el tráfico de la ciudad, luego nos dejó en una casa de té en la montaña y nos recomendó que estuviéramos ahí de una hora a una hora y media, que habría demasiada gente en las cercanías del teleférico pero que mas tarde estaría mas tranquilo. Me quedé muy satisfecho con el servicio que no había pedido pero que fue bien recibido.

En la casa del té nos costó horrores enterarnos de como funcionaba el tema de tomar el té porque nadie hablaba inglés y todo estaba escrito en chino (y sin fotos!), el servicio consistía en que un tipo te explicaba todo el proceso (en chino) de como hacerte el té, para hacerte una tanda y dejarte la tetera y los materiales con los que tú te podías hacer los que quisieras. No era tan simple como echar agua caliente a la taza, pero nos acabamos enterando de como se hacía, me encantan los rituales así que realicé todo el proceso en cuanto nos bebimos unas cuantos vasitos.

Después de bajar los 4 kilómetros de línea en la góndola nos dirigimos de nuevo al Night market, aunque antes paramos en el Longshan temple (de éste si me acuerdo) pues continuaba abierto, para hacer algunas fotos. Debía de ser algún tipo de celebración pues había muñecos de papel con luces dentro por todo el interior, podéis decir lo que queráis, pero una religión en la que esté bien visto que se cuelguen muñecos de Doraemon o Pikachu en sus templos tiene que ser chachi, en la mía lo voy a incentivar cuando tenga templos.

Una vez en el Night market, me metí en un local a que me hicieran algo que habíamos visto en un par de puestos, como una vez más estaba todo en chino no sabíamos exactamente qué es lo que te hacían, pero parecía placentero así que... la cosa consistía en que una mujer con hilos entrecruzados entre los dedos te los pasara por la cara durante un rato, luego te daban una crema, te pegaban una especie de máscara de papel para limpiarte la piel (supongo) y al quitártela estabas listo. Cuando la mujer empezó conmigo comprendí que lo que hacía era arrancarte los pelillos esos que tenemos en la frente, mejillas y alrededor de los ojos y que generalmente no se ven, después de un buen rato de tortura (me estaban depilando la cara!) la cremita y la mascara de papel eran, por lo fresquito, mucho mas agradables... todavía oigo reírse a Stephan, pero la piel de la cara se me quedó muy suave ;-)

Acabamos la noche en un nuevo bar, donde le gané a Stephan un par de partidas de billar para recogernos pronto, estábamos muy cansados y salíamos por la mañana, de nuevo en dirección a Manila.


La ciudad me ha impactado, está lo bastante avanzada como para ser una metrópolis del futuro, hasta le ponen neones a sus edificios, está bastante limpia, la gente es amable, la comida buena, los precios bajos y las chicas bonitas... Taipei es definitivamente una ciudad a la que me gustaría volver y pateármela a conciencia para ver todo lo que me he dejado.


La visa que tenía para entrar a Filipinas era válida sólo para una entrada, este viaje invalidó ese visado y ahora tengo visa de turista, con lo que antes del 21 de Marzo tengo que abandonar el país (aunque sea por un fin de semana) o bien extenderla. Veré dónde voy.


Y recordad niños, el crimen no compensa ;-)

martes, 5 de febrero de 2008

Manila Connection (Ep. 2)

Segunda semana austral

Este último finde nos fuimos a buscar un resort llamado subic, digo a buscar porque no lo encontramos... del todo. Alquilamos un coche (y un conductor, tío de Doink) para ir al lugar y después de tres horas dirección norte llegamos a un zoo (parece que cerraban pronto y estos querían verlo). No me gustan demasiado los zoos, animales enjaulados siendo molestados por los flashes de las cámaras y la ocasional piedrecita o palito arrojada por el turista medio para sacar una buena foto, sin contar con el guía de la visita que explica todo a golpe de megáfono... Sin embargo hubo un par de cosas que, he de reconocer, no estuvieron mal. Como el safari por una pequeña reserva de tigres sueltos y algunos otros bichejos chungos imposibles de ver en libertad y tan de cerca sin peligro para la propia vida.

Debido principalmente a la falta de planificación, pues pensábamos que íbamos a un complejo turístico, nos metimos en el primer hotel que encontramos sin cotejar un poco antes por la zona, el Ocean View. Puta mierda. Caro (para este país) y cutre como pocos, pero en fin, era tarde, se nos hacía de noche, estábamos muy cansados y no habíamos comido, la próxima vez prestaré atención a mis presentimientos. Una vez en el centro del... pueblo? tuve otro de esos momentos de choque cultural. Ya comenté la semana pasada lo caótico del tráfico en este país, es igual a todas las escalas. En la pequeña rotonda que hacía de centro de ciudad el caos imperaba. Un amasijo de gente compraba, vendía, gritaba, conducía... el gran volumen de ruido, (aquí no conocen los silenciadores de escape), ya desorientaba por sí mismo, pero había que sumar a este un montón de olores que lo envolvían todo como un papel de "regalo" invisible, carne y pescado a la parrilla, escapes de coches, sudor, el ocasional ramalazo a alcantarilla y un montón de inclasificables que iban desde el dulzón de muchas comidas típicas hasta el agrio de la putrefacción... un par de niños (10 - 11 años) que, con muy malas formas (You gimme money!), me piden dinero mientras espero a que todos terminen las compras de tabaco y cerveza en el 7-eleven... Lástima que no llevase la cámara, os podríais hacer una idea, allí me golpeó la realidad esa que solo vemos en occidente por la tele.

La noche la pasamos bebiendo cerveza en la playa, la temperatura era agradable y la conversación interesante. Cerca, un chaval con rastas dentro de un grupo de locales tocaba la guitarra (un gallifante para quien haya pensado en canciones de Bob Marley ;) y nos pasó un par de canutos (muy buenos, grandes risas) a los que nosotros correspondimos con birra. Después de que María (italiana), Stephan (alemán) y Kim (filipina) se retiraran, me quedé con Laura (irlandesa) y con Doink (filipino) hasta que nos venció el alcohol y el cansancio.

El "hotel" (por llamar a aquel agujero de alguna manera, ya que mi habitación ni siquiera tenía ventana) no servía desayunos (aunque podías pedirte un perrito, por ejemplo, solo que ellos mismos te desanimaban a que lo hicieras), así que la mañana la perdimos esperando a que todo el mundo se levantara y yendo y volviendo del... pueblo? para desayunar. Cuando nos fuimos a dar una vuelta en barca por pequeñas islas cercanas, el tiempo fué a peor e incluso nos llovió (al menos caía templada), María y yo nos jugamos las respectivas crismas trepando con sandalias para poder coronar un peñón. Aquí ya se me(nos) había hecho muy tarde para bucear (o para el parasailing, montar en moto de agua o hacer esquí acuático) con lo que antes de volvernos para Manila paramos a comer en un hotel que encontramos cerca... mas barato que el nuestro, mas limpio, con buena comida, playa particular, mejor vista y todas las actividades que no pudimos disfrutar en el otro... ajjj, cagontó. En fin, que espero volver al mismo sitio pero hacer todo lo que se me quedo pendiente.


martes, 29 de enero de 2008

Manila Connection (Ep. 1)

Superada la primera semana de adaptación al medio, procedo a relatar como son las cosas aquí:

El Hotel (Edsa Shangri-La)

Pues un hotel de cinco estrellas, como se supone que tiene que ser, todo el mundo me trata con un servilismo que me resultaba incómodo al principio pero que ahora soporto estoicamente mientras reparto minusculas propinas en euros que a la vez son un buen dinero en este país. Estoy pensando en comprarme un monóculo para dejarlo claro… eso si, aquí lo único que no se paga como extra es la piscina (y el gimnasio aunque todavía no lo he visto ;). El Jueves me llegó una nota para que me pasara a firmar mis gastos hasta el momento, 53000 pesos filipinos (pp), a 55 pesos el euro… efectivamente casi 1000 € en menos de una semana, y sin ningún cargo extraordinario (bueno sí, internet, aunque espero que lo pague la empresa también). A los coches que entran al hotel los revisan perros (K-9 unit) y a la mayoria de la gente la pasan un detector de metales (a mi no) por la ropa y registran cualquier mochila o bolso que quieras introducir, cuando el coche que sale del hotel llega al edificio donde trabajo le miran los bajos y el maletero por si hubiera una lapa... así y con todo no se respira paranoia ;) El hotel forma parte de un complejo llamado Shangri-la plaza con dos o tres hoteles mas, varios restaurantes y un centro comercial, todo ello con precios acordes a los del hotel, pasta gansa.

Cerca sin embargo hay un centro comercial "normal", solo he estado allí una vez para hacer algunas comprillas, sin embargo era tal la saturación para los sentidos a la que me vi sometido que en menos de dos horas tuve que salir de allí del puro agobio, luces, colores, un ruido omnipresente y mucha, mucha gente… han cogido el modelo americano del todo, ni Pryca, ni Madrid Norte ni siquiera el Blanchardstown Shopping Center. Esto es mucho peor.

A la hora de moverme por la ciudad, el trafico me recuerda a El Cairo, conducen con el claxon y si es de noche, con ráfagas de luz. Aunque hay rayas pintadas en la carretera nadie les presta atención, y cada uno lleva el coche como le da la gana... tuve la oportunidad de conducir pero no me atrevo.

Watering Hole

Un pub 24 horas muy cerca del hotel con precios populares, mi horario es de 16.00 a 0.30 con lo que al salir del tajo me he acostumbrado a pasarme por allí para tomarme "una o dos como mucho". Cuatro días de la semana pasada acabé viendo amanecer desde ese bar y si sales por Manila, también es un buen lugar para ir a tomarte la penúltima, después de dos noches, los camareros (que están haciendo practicas de hostelería) te conocen por tu nombre y te saludan como a un hermano.

Hidden Valley

Este fin de semana, un grupo de 3 nos fuimos a buscar la jungla, el lugar es un complejo para guiris con naturaleza acordonada y a raya fuera del sitio, tuvimos que escaparnos un poco para caminar por selva, y si bien no te vas a encontrar un tigre, si que hay serpientes, arañas y mosquitos chungos que te pueden joder la vida, así que tampoco nos internamos demasiado pues mi única defensa era el DEET 100% que me regalo Santi. Sacamos un par de fotos de unos lugares bastante espectaculares, y de vuelta a Manila, porque dormir allí salia por un ojo y no había nada mas que ver (el "Hidden Forest" estaba tan "hidden" que no lo encontramos), mas tarde de cena a un vietnamita y luego a un lugar quizá demasiado juvenil con música machacona, comida y bebida, aunque no baile, no tenía mucho sentido. Me puse tibio a Mai Tais… (la oferta era 3x135pp). Con las orejas calentitas y en un arrebato, nos fuimos a buscar un bar de striptease…

El barrio de las luces rojas

Una calle medianamente larga, no recuerdo el barrio, con neones, porteros y guiris… los tipos que en la calle equivalente de Amsterdam te ofrecen cocaína, speed o éxtasis, aquí te ofrecían Viagra, uno de ellos me ofrecio "ganja" pero pasé, he oído que en las cárceles filipinas te obligan a hacer cosas muy chungas...

Nos metimos en un bar cualquiera donde un montón de niñas, pues la mayoría parecían menores de edad, vinieron a acosarnos. Después de hablar con alguna de ellas y verificar que no eran tan niñas aunque la mayoría de ellas lo pareciera nos dejamos acosar... Siempre es agradable que te toquen, masajeen, sonrían, te llamen guapo y se desvivan por darte conversación un montón de mujeres mientras te tomas una cerveza y observas como más mujeres bailan para ti en una pista, aqui si que entienden de psicologia masculina, una de las mías se llamaba Bubbles... Después de un par de birras nos fuimos a buscar un bar de striptease de verdad en otra zona.

Pase de modelos, sala de subastas, puticlub, 3 in 1

Llegamos al local donde una diosa filipina cuya única vestimenta consistía en una escuálida minifalda de rejilla (totalmente transparente) y una chapita roja con el numero 165 en la muñeca, evolucionaba en el escenario mostrando lo flexible que era. Cuando bajó a sentarse a horcajadas en las rodillas de los que acababan de llegar (nosotros), pude observar que esta magnifica hembra no tenia nada que envidiar a Tia Carrere en sus mejores años… y se le parecía un poco. La cosa funcionaba así, cuando dejabas a la chica que se te sentara, inmediatamente venia un camarero o camarera con una consumición para ella, y una libreta para que firmaras la cuenta, ni que decir que pagarle el vasito salía bastante caro, pero en ese momento de palidez por la ausencia de sangre en el cerebro le puedes vender tu alma al diablo sin un pestañeo, yo creo que lo hice. Al poco viene una madame y te pregunta que si estas interesado en llevártela esta noche a casa, y bueno, no me extiendo más, creo que os podéis hacer una idea. Pero el Mojo es gratis, sino no es Mojo, es… otra cosa.

Asi que una vez mas acabé en el watering hole viendo amanecer y terminando con un buen (gran) desayuno en el hotel antes de ir a dormir... después de un buen (gran) pajote... aún tengo la tarjeta ;)